Una palabra tan corta y aun asi es una de las mas profundas para entender y aplicar.
Perdonar va mas alla de solo decirlo. Sobrepasa el solo pensar en llevarlo acabo. Es el acto de obediencia más dificil para todos. Solemos guardar en cajitas de recuerdos aquellos eventos de los cuales ya de antemano decidimos nunca perdonaríamos. Pensamos que podemos colocar situaciones en dos renglones: los que ...se perdonan y los que no. Muchos guardamos semillas del pasado que al pasar de los años echan raices de amargura a nuestras mentes. Nos convertimos en personas viviendo con muros para no enfrentar lo que sabemos debemos hacer para ser libres y tener paz.
Sin darnos cuenta estamos minimizando mandatos de parte de Dios y Su obra. "De modo que se toleren unos a otros y se perdonen... Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes." Col. 3:13 Esto no es una sugerencia. No es un: "bueno depende de la situacion." Debemos perdonar por que el Señor nos perdonó. El vivir arrastrando raices amargas nos ata. Es como caminar con cadenas pesadas amarradas a todo nuestro torso diariamente. Eso es absurdo e ilogico; y lo hacemos. ¡Si ya eres libre en Cristo no te vuelvas a atar! El primer paso que diste para ser salvo fue creer que necesitabas un Salvador que en la cruz perdonó tus pecados. Las personas perdonadas, perdonan. Las personas redimidas, tienen arrepentimiento. Y el arrepentimiento lleva a una metamorfosis espiritual tan real por medio del Espiritu Santo.
¿A quien debes perdonar hoy? ¿A otros? ¿A ti mismo? ¿Que asuntos del pasado te atan; que haz dejado sin resolver? ¿A quien debes pedirle perdon hoy? "Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja, halla perdón." Prov. 28:13
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